Crónicas de viaje (I): Te van a estar esperando

Beijing, domingo 17 horas (7 de la mañana de Uruguay). El aeropuerto nacional abarrotado de gente, especialmente de africanos que llegan a la cumbre de países de ese continente con China. Había intentado averiguar el hotel y algún contacto de alguien, pero desde la embajada nunca me brindaron la información.
-Tranquilo, te van a estar esperando-, me dijeron.
Y yo esperé.
Con 25 kilos encima (20 de la valija, 5 de la mochila), y 32 horas de viaje (Vía Buenos Aires, Washington y San Francisco), esperé. Una vuelta para ver los carteles, otra para reconfirmar, pero entre los africanos y un grupo de hindúes que acababan de llegar, encontrar un nombre latino era un chiste. Nada.
10 minutos, 15, 20. Nada. Pasa una pareja hablando en un inconfundible porteño.
-Disculpen, ¿son de Argentina?
-Si, ¿vos?
- De Uruguay. ¿Por casualidad son periodistas?.
-No, ¿por?-
-Porque estoy hace meda hora acá y nadie me esperó. Estoy en el medio de Beijing y no se para donde ir.-
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